Rex Nordic

Inside of a warehouse

Una buena calefacción no solo depende de la potencia. También se trata de eficiencia: dirigir el calor exactamente donde se necesita. Los calefactores infrarrojos diésel Airrex han demostrado en la práctica que mantener un confort constante no requiere un alto consumo de combustible.

Los siguientes ejemplos proceden de Finlandia, donde los inviernos son especialmente duros, y muestran cómo los calefactores Airrex ayudan a mantener bajos los costes de calefacción en grandes espacios industriales sin sacrificar el confort.

Resultados comprobados con calefacción infrarroja: solo 2,5 litros al día

Muchos se sorprenden al descubrir lo poco que consumen los calefactores diésel Airrex. Están diseñados para calentar los espacios de forma eficaz y uniforme, sin desperdiciar energía.

Grels Ström, experto técnico jubilado de Rex Nordic, utiliza un calefactor Airrex en su almacén de 480 m³. El edificio cuenta con un suelo de hormigón, paredes de yeso laminado y aislamiento de lana de piedra en el techo, una estructura que almacena muy bien el calor. Anteriormente, el almacén se calentaba con calefacción eléctrica directa, pero tras cambiar a diésel, el consumo y los costes se redujeron considerablemente.

Ström explica su experiencia: “Al principio, el consumo puede ser un poco más alto. Normalmente tarda entre una y dos semanas en estabilizarse. El calor infrarrojo se absorbe directamente en la estructura, y una vez que está completamente caliente, se necesita sorprendentemente poco combustible para mantener la temperatura.”

Mantiene el almacén a +15 °C incluso cuando fuera hay alrededor de 0 °C, logrando un consumo de combustible muy bajo. Una vez que el edificio está completamente caliente, el consumo diario medio es de solo 2,5 litros de diésel. El calefactor Airrex ha funcionado de forma fiable, sin problemas ni necesidad de mantenimiento.

Un consumo inicial algo más alto es normal, ya que los materiales de construcción suelen contener humedad que debe secarse primero. Cuando el edificio está seco, el sistema alcanza su máxima eficiencia.

Aquí es donde la tecnología infrarroja Airrex demuestra toda su ventaja: el calor se almacena dentro de la estructura y permanece allí. Después, solo se necesitan ciclos de calefacción cortos para mantener una temperatura agradable día tras día, y los ahorros se reflejan directamente en la factura de combustible.

El termostato inteligente mantiene bajo el consumo

Cada calefactor infrarrojo Airrex cuenta con un termostato integrado que ayuda a minimizar el consumo de combustible. El aparato se enciende y apaga automáticamente para mantener la temperatura deseada. El diésel se quema solo cuando es necesario, dosificado con precisión y sin excesos, lo que mantiene el consumo al mínimo.

En la práctica, esto significa que el calefactor trabaja de forma autónoma. Una vez que la estructura del edificio está caliente, la unidad mantiene la temperatura con ciclos de funcionamiento cortos. El usuario no necesita hacer ajustes constantes: el termostato se encarga de todo automáticamente.

A diferencia de los calefactores de aire tradicionales, los equipos Airrex no empujan el aire caliente hacia el techo ni lo dejan escapar cuando se abre una puerta. El calor infrarrojo se dirige directamente a paredes, suelos y maquinaria, que absorben y almacenan el calor. Gracias a esto, el consumo energético se mantiene excepcionalmente bajo, y si se abre una puerta, el calor almacenado restaura rápidamente la temperatura interior.

Ahorros a largo plazo con calefactores diésel Airrex

Markku Ojanen ha comprobado la diferencia en la práctica. Calienta una nave aislada de 1 080 m³ (360 m², 3 m de altura) que antes utilizaba radiadores y calefactores con ventilador. El sistema anterior consumía alrededor de 2.500 litros de gasóleo al año.

Tras instalar un calefactor Airrex AH-300 diésel, la mejora fue inmediata. Ya en el primer invierno, el consumo anual se redujo a unos 1.000 litros, menos de la mitad que antes.

Mantiene la temperatura interior constante entre +9 y +10 °C, aumentándola hasta +13 °C durante el trabajo. En diez años de uso, las ahorros totales alcanzan entre 10.000 y 11.000 euros, y el mismo calefactor sigue funcionando perfectamente.

“El mantenimiento se ha realizado a tiempo, pero nunca ha necesitado reparaciones,” comenta Ojanen. “Simplemente sigue funcionando.”

Calor sostenible que se nota

La calefacción infrarroja Airrex se basa en un principio simple pero eficaz: en lugar de calentar el aire, irradia el calor directamente hacia las superficies circundantes. Suelos, paredes y objetos absorben el calor, igual que la luz del sol calienta la piel en un día fresco.

Una vez calientes, las superficies liberan el calor de manera uniforme al aire, manteniendo una temperatura interior constante y agradable. Este calor almacenado actúa como un amortiguador térmico natural, manteniendo el consumo de combustible bajo después de las primeras semanas. El calefactor funciona solo lo necesario para mantener el equilibrio térmico.

Esa es la diferencia clave entre los calefactores infrarrojos y los calefactores de aire tradicionales: el calor infrarrojo no se escapa cuando se abren las puertas ni cuando circula el aire. El calor almacenado en la estructura restablece rápidamente la temperatura, manteniendo el confort y el ahorro día tras día.

Almacén (Finlandia)

Tipo: Almacén (480 m³)

Estructura: Suelo de hormigón, aislamiento en el techo, paredes de yeso laminado

Sistema anterior: Calefacción eléctrica directa

Nueva solución: Calefactor infrarrojo diésel Airrex

Temperatura mantenida: +15 °C con unos 0 °C en el exterior

Consumo diario medio: ~2,5 L de diésel

Mantenimiento: Funcionamiento fiable, casi sin mantenimiento

Ahorro: Consumo significativamente menor que el sistema anterior

Nave industrial (Finlandia)

Tipo: Nave aislada (1 080 m³ / 360 m², 3 m de altura)

Sistema anterior: Radiadores + calefactores con ventilador

Consumo anterior: ~2.500 L de gasóleo/año

Nueva solución: Calefactor Airrex AH-300 diésel

Consumo actual: ~1.000 L/año

Tiempo de uso: 10 años

Ahorros estimados en 10 años: 10.000–11.000 €

Fiabilidad: El mismo equipo sigue funcionando perfectamente, sin reparaciones